Sunday, January 3, 2010

Cristóbal Colón fue un espía del rey de Portugal, según un historiador portugués

Cristóbal Colón fue en realidad un ‘agente secreto’ de el rey Juan II de Portugal que engañó a los Reyes Católicos ‘con la promesa de una ruta a la India por Occidente’, según la tesis del historiador y escritor portugués Manuel Rosa.
En el libro ‘Colón. La historia nunca contada’, Manuel Rosa sostiene que el almirante encandiló a Fernando de Aragón e Isabel de Castilla con la idea de abrir una nueva ruta hacia la ‘falsa India’ para dejar vía libre a los portugueses en la India verdadera y en Africa.
En una entrevista telefónica con Efe desde Durham (Carolina del Norte) donde vive y trabaja, Rosa, que presenta su obra el próximo 24 de noviembre en la Escuela de Estudios Hispano-Americanos (CSIC) de Sevilla (España), explicó que Portugal quería explotar yacimientos de oro en Ghana (Africa) y comerciar con la India sin la intromisión de España.
De hecho, precisó, ‘los portugueses no enviaron ningún navío a la India hasta que Colón’ no descubrió el Nuevo Mundo y Castilla se avino a firmar en 1494 el Tratado de Tordesillas con el rey Juan II de Portugal, un pacto que estableció las rutas de expansión de ambas potencias al este y al oeste.
Manuel Rosa abundó en las rivalidades que existían entonces entre Castilla y Portugal por lograr la hegemonía sobre la ruta comercial por el Atlántico.
En ese contexto, respaldó la teoría de que en 1483 Isabel de Castilla tramó el asesinato de Don Juan II (1481-1495) por medio de dos sobrinos de Colón, lo que impulsó al rey portugués a fraguar un plan conspirador con la ayuda del almirante, muy allegado a la Corona lusitana.
Para este licenciado en Ciencias Humanas que reside en Estados Unidos, no cabe la menor duda de que Colón estaba al tanto de que el Caribe era conocido y siguió en su viaje de 33 días hacia el Nuevo Mundo una ruta ya trazada.
Colón, antes, en 1477, ‘había navegado hasta Canadá en una misión secreta’ urdida por de los reyes de Portugal y Dinamarca, aseguró.
‘Todo lo que yo presento está respaldado con documentación histórica’, afirmó Rosa, que lleva 18 años tratando de resolver los misterios y enigmas que esconden la figura de Colón.
A su juicio, el plan pergeñado por Colón fue una artimaña tan bien tramada que ‘no sólo convenció y engañó a los Reyes Católicos, sino al mundo entero durante quinientos años’.
Otra de las tesis más sorprendentes de este ensayo es la relativa al origen del almirante.
Mientras que la mayoría de historiadores coinciden en que Colón fue ‘un plebeyo genovés’, un ‘tejedor de lana’ que ascendió a capitán, Rosa cree que era un noble portugués, hijo del rey de Polonia y Hungría Ladislao III, que nació en la isla portuguesa de Madeira.
Rosa mantiene la teoría de que Ladislao III, quien desapareció tras librar una batalla contra los turcos, buscó anonimato y refugio en Portugal y recibió de la Corona portuguesa tierras en la isla de Madeira, donde nació Colón.
Sobre la teoría del origen plebeyo del descubridor, sostiene que resulta poco creíble que un hombre de origen humilde, como era supuestamente Colón, hubiese podido casarse con Filipa Moniz, una noble portuguesa que residía en un monasterio y era comendadora de la orden de Santiago de la Espada en ese país.
Manuel Rosa también procede a desmontar las tesis de que Colón era judío o judío converso y lo ocultó a propósito. ‘No era judío. Según los análisis de ADN era un europeo blanco caucasiano’, aseveró.
Además, y lo que es más importante, prosiguió, se han analizado muestras de ‘477 Colombos de Italia, Francia y España’ y practicado una comparación ‘con el ADN de los huesos desenterrados en la catedral de Sevilla’, pertenecientes al hijo de Colón, Fernando, y a su hermano pequeño, Don Diego Colón, que murió en 1515.
La identificación genética de los restos óseos arroja que ‘ninguno de estos Colombos mostraba un ADN compatible con los huesos de Colón’, por lo que ‘es imposible que el almirante fuese el italiano Cristoforo Colombo, genovés de sangre’, sentenció.
Defiende también que la llamada pérdida de la nao Santa María, la más grande que usó Cristóbal Colón en su primer viaje a América, nunca se trató de un naufragio.
‘La Santa María nunca naufragó, sino que fue varada a propósito en tierra (en las playas de Haití) para servir de fortaleza a los hombres de la corte de Castilla’, dejados allí por Colón ‘para que no contradijesen la versión’ que presentó ante los Reyes Católicos a su regreso.
Con gran astucia, explicó el historiador, Colón perforó la nave de costado a costado con un cañonazo de lombarda y se trajo consigo en la carabela La Niña a los cuatro pilotos que navegaban en esa primera expedición.
A su regreso a la corte de Castilla, ‘anuncia que viene de la India y que ha dejado allí una ciudad conquistada’, un extremo que nadie pudo rebatir. La realidad es, destacó, que Colón no encontró canela y oro como trató de hacer creer en la corte castellana, sino ‘personas desnudas sin armas, cabañas de paja, canoas hechas de corteza de árboles’, y poco más.
Además, agregó, la India ya era bien conocida y famosa entonces por sus diamantes y rubíes y el comercio de especias controlado por los musulmanes, por lo que aquella tierra no podía corresponder con la India.
Esto lo sabía con certeza Colón, por eso llamó a esas tierras ‘Las Indias’ y ‘dio medidas engañosas sobre el Nuevo Mundo para confundir y engañar, no por ignorancia’, puso de relieve.
http://www.laregion.es/noticia.php?id=109457?visita=1



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